viernes, 23 de agosto de 2013

UNA VISITA A MIS AMIGOS DEL ANSELMO

En dos ocasiones he hablado de mis amigos del Colegio "Hermano Anselmo María", donde he conocido a muchos alumnos gracias a los programas de Primera Comunión, he hecho muchos amigos y fue semillero de acólitos para Desamparados en el tiempo en que los Jesuitas atendían la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados.
A través del Facebook me había enterado que para hoy habían organizado el "Día del logro", que consistía en una exposición por parte de los alumnos de todo lo que habían aprendido en estos meses de clases en las diversas áreas. Así que después de terminar de atender a una persona (gracias a Dios no hubo audiencia de conciliación), tomé un taxi y me fui al "Anselmo" para saludar a mis amigos, llevando en mi bolsillo mi cámara de fotos.
Al llegar me abrió la puerta el instructor (Jefe de Normas), Jonathan Torres, que fue acólito de Desamparados en 1995; con un poco de timidez ingresé al colegio y, gracias a la ayuda de dos alumnos de primer año de secundaria que me hicieron de "guías turísticos", comencé a recorrer las aulas que, años antes, me habían alojado para dar la catequesis a los niños.
La primera visita fue al aula destinada al área de Matemáticas (mi pesadilla en tiempos de estudiante desde 2º año de secundaria), y fue interesante ver como los alumnos explicaban la preparación de un dulce de chirimoya y del arroz con leche utilizando los "diagramas de Venn", haciéndome recordar lo que, en 1º año de secundaria, me había enseñado mi profesora de matemáticas Gladys Benites (sin querer, retrocedí en el tiempo y tuve nostalgia de aquellos días). Luego venían unos juegos de dados con el valor absoluto de los números (recordé a mi profesora Rosa María Alva y, salvando las distancias, el curso de MB1 en la PUC); mas adelante encontré a Miguel del Pino (cuyas habilidades para el baile son sorprendentes) que me explicó algo de geometría en 3D con una laptop y como, utilizando un zapato como unidad, tomaban las medidas de una habitación; mas juegos para aprender el álgebra... Vaya, si así me hubiesen enseñado las matemáticas en mis tiempos quizás mi vida hubiera sido distinta.
Luego vino el área de Arte, donde los alumnos mostraban sus habilidades para el dibujo. Algunos mostraban dibujos de desnudos y me decían "mire que malcriado". Bueno, yo también fui muchacho y esos dibujos no me sorprendían en lo mas mínimo. Quizás me asuste o me escandalice cuando alguno dibuje o tome una foto a una "E.T." tal como Dios la mandó al mundo
Seguimos con la visita y en el área de Historia el tema mas recurrente era el de la "Guerra con Chile". Me puse a dialogar con los alumnos y les comenté que, en mis tiempos de la PUC (cuando fui alumno del Dr. De La Puente y Candamo) leí la historia de la guerra con Chile, contada por chilenos y, como es natural, la visión era distinta. Entonces les pregunté "¿quién miente?", alguno dijo "los chilenos"; y les dije: "¿por qué?", "¿Quién dice la verdad?", "¿Fue tal como nos lo han contado?". La cara de sorpresa de los alumnos era impresionante, me daba cuenta que comenzaban a pensar, a cuestionar... Yo les dije que, decir eso en clases podía ser problemático; pero que es bueno pensar y cuestionar. ¡Y eso que no han escuchado o leido a otros autores e historiadores! Seguro que se escandalizan.
Acompañado de mis "guías turísticos" visitamos el área de Religión, donde en la puerta nos saludó el profesor del curso y, luego, vi a Alonso Arribasplata de expositor; más adelante hable con otros alumnos del libro "Historia de un alma" de Santa Teresita del Niño Jesús. Visitamos después el área de Inglés (un llaverito de recuerdo), de Formación Cívica, Educación Familiar, Computación... Por allí el alumno Christian Reátegui (a quien recuerdo de Alcalde escolar en el 2007 y saludaba por aquel año diciéndole "su excelencia") había presentado un número de mimo con otros alumnos. En el área de Ciencia Tecnología y Ambiente me hicieron ver la catáfila de la cebolla a través de un microscopio (que me hizo recordar cuando era niño e iba al trabajo de mis padres en el Instituto de Medicina Tropical de la Universidad de San Marcos). Fue interesante cuando algunos alumnos me explicaron mediante un experimento con un globo que se revienta (que solo pude ver a través de la "vista imaginativa", ya que se olvidaron de llevar el globo) la teoría del "Big bang" acerca del origen del universo (vaya que lo explicaron bien); sin embargo, me llamó la atención que el profesor del curso les diga a los alumnos algo como que yo no creía en esa teoría, sino en el relato bíblico de la Creación, ya que, por la forma en que iba vestido, se notaba que estoy vinculado a la Iglesia Católica (y aquí recordé a mi profesora, Luisa Tito quien, sobre este tema de la ciencia y la religión, nos dio una respuesta que me aclaró todo en 1º de secundaria: "Dios creo al mundo, eso es verdad de fe, ¿cómo lo creo? Eso es trabajo de la ciencia. La Biblia es un libro religioso, no científico").
Fue un gusto ver el esfuerzo de los alumnos, algunos exponían asustados, otros "de paporreta"; ver a mis amigos y a mis acólitos de expositores. Yo los escuchaba con atención y respeto porque comprendo sus miedos y porque hasta ahora, cada vez que debo hacer una exposición en el Poder Judicial, me siento igual o peor que ellos; además no iba como "autoridad" para calificar esos trabajos, solo era un visitante. Felicito a los alumnos y a sus profesores que les animan a mostrar lo aprendido, no debe ser fácil organizar un evento de esa naturaleza. Pienso también, que hay cosas que se aprenden para toda la vida, y que el logro alcanzado se verá en el día a día, dentro y fuera del colegio. Habla la voz de la experiencia.
Me dio gusto ver a mis amigos de siempre, poder saludarlos, tomarme fotos; sentirme uno mas con ellos. Para algunos de ellos brotaron los recuerdos de la primaria. Gracias a los "guías turísticos", alumnos de primer año que me acompañaron en este recorrido. Ojalá vuelva a visitarlos pronto. 
Ahora, en la soledad de la noche, recordando la experiencia de este día veo que ha pasado el tiempo. Rezo por ellos para que sean hombres de bien y que, lo que sus maestros han sembrado de bueno en ellos den fruto a su debido tiempo. No me siento viejo, pero me doy cuenta que mis amigos ya no son los niños de primaria que conocí; parafraseando la canción "No basta" de Franco de Vita, esos chicos son casi unos hombres, mucho mas grandes y mas fuertes que yo.

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