miércoles, 23 de diciembre de 2015

REGALOS DE NAVIDAD

Nacimiento de la iglesia
de Nuestra Señora de la Soledad.
En los días previos a la Navidad mucha gente anda preocupada (y estresada) por el tema de los regalos: qué regalarle al cónyuge, al enamorado (a), a los padres,a los hijos, a los sobrinos, a los nietos, al "amigo secreto", al amigo público, al jefe, a quien le debemos un favor... Cada quien, según su gusto y capacidad, irá buscando que regalar en esta Navidad. Personalmente creo que debería volverse a la costumbre que hay en España y en otras partes del mundo de dar regalos el día de la Epifanía (6 de Enero o Domingo mas cercano), en que conmemoramos la visita de los "Reyes" Magos al Niño Jesús llevándole regalos de oro, incienso y mirra.
Un regalo es algo que se entrega como signo de aprecio, de cariño, de cercanía hacia otra persona. De allí que un regalo puede ser cualquier "cosa" que haga feliz a quien lo recibe. No siempre los regalos mas caros son los que hacen mas felices a los demás, a veces hay cosas tan sencillas (y hasta gestos como un abrazo cariñoso) que pueden dar alegría y felicidad a otras personas y se conservan con mas cariño y aprecio que un objeto muy valioso (se me viene a la mente la hoja de papel de cuaderno con un saludo muy cariñoso que me dió, hace varios años, un niño de nombre Alonso, alumno del Colegio "Hermano Anselmo María"; y el rostro de felicidad de unos niños a quienes acompañé en su catequesis de Primera Comunión).
Me da gusto cuando veo que muchas personas e instituciones hacen regalos a niños de escasos recursos económicos, llevándoles algo que les arranque una sonrisa y un momento de felicidad a estos pequeños que muchas veces encuentran dificultades y problemas. Es verdad que algunas mamás abusan de esto llevando a sus hijos a cuanto reparto de regalos hayan y, además, protestando cuando el regalo no es de su gusto; pero en fin, son gajes del oficio que tienen que manejar quienes organizan estas actividades.
Pero si nosotros somos generosos con nuestro prójimo, Dios es mucho mas generoso: nos da a Jesucristo como regalo de Navidad. Y los primeros en recibir ese regalo fueron María, José, los pastores, Simeón, Ana, los Magos de Oriente... y de allí a toda la humanidad de todos los tiempos. En Jesucristo Dios mismo se nos entrega como regalo, en Él recibimos el cariño, la compresión, la ternura, el abrazo de Dios Padre que quiere que todos los hombres se salven.
Para dar regalos cualquier ocasión es buena, pero darlos en Navidad es recordar que Dios nos amó primero y nos da a su Hijo; es celebrar que somos hijos en el Hijo: Un objeto, una tarjeta, un abrazo, una visita a un familiar, a un enfermo, la reconciliación con otra persona... cualquier regalo que se de en Navidad es porque compartimos con los demás el amor de Dios que se hace hombre en Jesús, que en ese Niño de Belén está la ternura y el cariño de Dios.
Aunque no está en el Evangelio, sabemos por San Pablo que Jesús dijo que "hay mas alegría en dar que en recibir". Cuando vemos que lo que hemos regalado ha dado un momento de felicidad y alegría a quien lo ha recibido, entonces vemos que las palabras de Jesús no son "palabras bonitas", sino una realidad que podemos comprobar (habla la voz de la experiencia). Y eso no tiene precio.

¡Feliz Navidad con Jesús!

domingo, 20 de diciembre de 2015

MIS AMIGOS DEL ANSELMO II

Diciembre es un mes muy particular: es tiempo de exámenes de fin de año (o de semestre), algunos trabajamos menos (cuatro días feriados, ya casi no hay clases, agasajos, almuerzos navideños) y otros trabajan mas (documentación de fin de año, balances económicos, aumento de actividades comerciales...). 
Pero también, dentro de este contexto de "fin de año", es también tiempo en que culminan algunas etapas de la vida: algunos contratos laborales concluyen en diciembre, se acaba la universidad (recuerdo con cariño la última foto que me tomé en la Universidad en Diciembre de 1994 con mi amigo Marco Benavente), se acaba el colegio... Es tiempo de despedidas, de decir "adiós" a personas e instituciones, algunas de las cuales nos han marcado la vida.
En estos días he asistido a la despedida de la promoción de Primaria del Colegio "Hermano Anselmo María" de Breña. De mi amistad con los alumnos de este colegio les he hablado en "Mis amigos del Anselmo", "Revistas escolares" y "Una visita a mis amigos del Anselmo". El año pasado, una vez  más, la Profesora Miriam García me abrió las puertas de su aula y entablé una gran amistad con los alumnos que este año han concluido la primaria. Para ellos, pese a que algunas veces me han visto vestido con el hábito Soleano, siempre he sido "Manuelito", el amigo que les hablaba de Dios, a quien trataban "de tu a tu", que les enseñaba a cantar villancicos, que bromeaba con ellos, "el hermano que se tomaba selfies".
He compartido con ellos el "Día del logro", donde con muy buen humor me tomaron una foto con un Esqueleto "educado y estudioso"; el "Día de la canción criolla" (que gusto oirlos cantar y comer con ellos); la Celebración de Adviento. Uno de ellos me invito al paseo que tuvieron en octubre, pero no pude ir porque, además de tener que trabajar, ese día había admisión de dos Cofrades y un Oblato (me hubiera gustado jugar fulbito con ellos, aunque juego pésimo). Un resfrio no me permitió asistir al "Paseo de antorchas por el aniversario del Colegio", y otro, provocado por el "Fenómeno del niño" (el mismo que les hizo estudiar los sábados para a acabar las clases antes de tiempo), me obligó a guardar reposo el día que tenía planeado ensayar villancicos con ellos. He preparado a cuatro de ellos para la Primera Comunión: dos la hicieron el 8 de Diciembre y dos la harán el 10 de Enero en la iglesia de la Soledad (¡cuánto hubiera querido preparar a más para recibir a Cristo en la Eucaristía!). Ojalá hubiera podido hacer algo mas por ellos y con ellos.
El pasado 7 de Diciembre me invitaron al almuerzo de promoción. Fue un gusto comer con ellos, en medio de ellos, como uno de ellos. Fue divertido verlos jugar y bailar. Por un momento la emoción me embargó que tuve que contener alguna lágrima ("Manuelito, ¿tú eres sentimental?", "¡Recontra!") y solo decirles "Gracias amigos, recen por mi". Y el Viernes 18 fue la clausura del año escolar, a la que asistí para despedirme de ellos, aunque varios no fueron.
Cada uno de ellos seguirá su camino para los estudios secundarios, donde sus padres lo determinen: algunos se quedarán en el "Anselmo" (que tiene la secundaria en la tarde), otros irán a "Guadalupe", "Mariano Melgar". Gracias a las redes sociales es mas fácil mantener la amistad a pesar de tiempo y la distancia.
Gracias Abraham (bailas excelente la marinera, eres un campeón), Josué "noticias", Brayan Ríos y Brayan Gamboa, Hendrick (eres un excelente amigo), Josue Arriaga (no pensé que eras un bailarín, se nota que eres travieso), Jean Pierre (al igual que yo te escapas del baile), Anthony (me dio gusto verte tan contento), Joaquín (se nota que tienes espíritu aventurero) Claudio (tocas bien el cajón), Napoleón, Esnaider, Guisseppe (recuerdo que una vez dijiste que leerías un libro de muchas páginas cuando tengas 20 años), Marcio, Jesús, Piero, Leonardo... Perdonen que no me acuerde de todos sus nombres, pero sus rostros, su cariño y su amistad los tengo bien guardados en el corazón las experiencias que viví con ustedes, la alegría (y el alboroto) que hacían ustedes cuando yo llegaba, cada muestra de cariño que me han regalado. 
Yo solo les repito lo que les dije el día del almuerzo: "Gracias por todo, cuenten siempre conmigo, recen por mi."

Gracias Anselminos por tanto bien recibido.

Aquí les dejo el enlace para que les escuchen cantado "rin rin" en diciembre del 2014

martes, 3 de noviembre de 2015

EL HERMANO MARTIN

"- Perdóneme, Su Santidad, ¿de qué color es Martín para Dios?
 - De color de la gloria divina..."
(Dialogo inicial de la película "Un mulato llamado Martín")

Cuando tenía cinco años mi mamá nos llevó, a mis hermanos y a mi, a conocer la iglesia de Santo Domingo y nos dijo "Esta es la casa de San Martín de Porres"; desde entonces he visitado su tumba y asistido a la procesión que recorre el Centro de Lima. Cuando años después mi hermano sufrió un accidente que lo dejó muy grave, fuimos a la tumba de San Martín: me impresionó ver a mi mamá rezando de rodillas, como nunca la había visto, pidiéndole que mi hermano no muera. Y San Martín no dejó de atender sus súplicas: mi hermano, que estaba en estado de coma, recobró el conocimiento unos días después y se recuperó totalmente. A San Martín le encomendé el final de mis estudios escolares y mi ingreso a la Universidad Católica del Perú (me atrevo a decir que, en esta ocasión, sentí su intercesión de un modo muy especial). La devoción que comenzó cuando era pequeño, perdura hasta hoy.
La vida de San Martín de Porres no ha sido fácil: no tuvo una familia constituida (sus padres no estaban casados), por ser mulato era despreciado (lo llamaban "perro mulato"), no faltaba quien pensaba que "los negros" no eran humanos, hasta la Iglesia lo marginaba: no podía aspirar a la vida religiosa ni al sacerdocio... Con todo eso, era fácil vivir resentido y lleno de odio. Pero, como dice la lectura del Oficio de Vísperas de hoy: "Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien" (Romanos 8, 28) y Dios dispuso de todo eso para hacer de Martín un santo: desempeñaba los oficios mas humildes del Convento de Santo Domingo (por eso se le representa con una escoba), era barbero oficio quienes, en ese entonces no solo cortaban el cabello y afeitaban barbas, sino que además eran médicos empíricos que hacían, incluso, cirugías menores; su situación social le hizo conocer el dolor humano y, por ello, atendía con cariño a los pobres y a los enfermos (San Juan XXIII, al canonizarlo lo llamó "Martín de la Caridad"). Martín era querido por su sencillez, humildad y espíritu de servicio. Era Hermano de todos, apreciado y respetado incluso por el Virrey y el Arzobispo de México. 
Hace un par de horas que he llegado de la iglesia de Santo Domingo donde se ha mostrado la reconstrucción del rostro de San Martín de Porres en base a un estudio de antropología forense de su cráneo. La iglesia estaba repleta de fieles, devotos y, porque no, de curiosos. Ya en agosto se había mostrado, en Brasil, el rostro de Santa Rosa de Lima y, en septiembre, el de San Juan Masías; pero esta vez la expectativa era mucho mayor. Y cuando se mostró el rostro de San Martín de Porres la iglesia irrumpió en aplausos; por mi parte, compartía la emoción que muchos sentían, y hasta brotaron unas lágrimas. Quizás me equivoco al decir esto, pero tengo la impresión que se han esmerado mucho mas en esta reconstrucción facial que en las anteriores, y que la semejanza que hay del rostro presentado de San Martín de Porres con un cuadro de la época es impresionante. Al salir de Santo Domingo, celebré este acontecimiento, tomando una gaseosa. 
Muchas veces el arte suele estilizar y "edulcorar" a los santos, deformándolos un poco. En el caso de San Martín, la imagen tanto física como psicológica que tenemos de él la hemos tomado de la película "Un mulato llamado Martín", producción peruano mejicana, protagonizada por René Muñoz. Al mostrarse esta reconstrucción de su rostro sentimos al Hermano Martín mas humano, más cercano a nosotros (¿alguien podría imaginarse que era desmolado y que, a su muerte, solo tenía dos dientes?).
Pero, mas allá de su rostro, San Martín de Porres nos enseña que la humildad y del servicio son los más seguros para llegar a Dios; como dice una canción de Tomás Aragüés y Manuel Elvira: "Ser más humilde y mas pobre, mas del cielo y más de todos, es siempre subir al monte de la perfección".
Escribo estas líneas con mucha emoción y agradecimiento a San Martín de Porres. En ellas va el agradecimiento de sus "hermanos de ideal y patria", de los devotos que le agradecen los muchos milagros en favor de los enfermos. Y que él, como dice su himno (que canté por primera vez en la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados en Noviembre de 1986), nos de "la luz que iluminó su mente" y "la fe que le enseñó a triunfar".

sábado, 3 de octubre de 2015

ES OCTUBRE

Este año, como nunca, me he sentido animado ante la llegada del mes de Octubre (nunca antes había saludado por el "Año Nazareno); creo que dos de mis amigos que participan en la Hermandad del Señor de los Milagros me han contagiado su entusiasmo, el mismo que se ha sumado a la devoción que tengo desde niño y que se ha acrecentado a lo largo de estos años, sobretodo desde que soy Hermano Oblato de Nuestra Señora de la Soledad, al punto que he madrugado para estar con otros Hermanos Soleanos en la Misa que celebra el Arzobispo de Lima las 6.30 a.m. en la Av. Tacna (imagínese, levantarse a las 5, darse una ducha con agua fría y salir de la casa a las 5.30 para encontrarnos en la Av. Tacna a las 6).
Es Octubre y nos vestimos de morado, o mas bien, de fiesta: "Octubre mes morado en que se engalana Lima..." y con banderines y pancartas, se adornan las calles. Se hace fiesta con valses, guitarra y cajón, música criolla que se hace sagrada porque le canta con el alma al Cristo Moreno. Los turrones, picarones y anticuchos que se venden cerca la iglesia de las Nazarenas y que van cerca de la procesión son parte de la tradición, expresión de la alegría y la de fe limeña. 
A Octubre le llaman la "Cuaresma peruana"y mas bien parece Pascua, pues aunque acompañamos a una imagen de Jesús Crucificado, sabemos que Él esta vivo entre nosotros; aunque se nos exhorta a la penitencia, sabemos que es para tener el gozo y la alegría de reconciliarnos con Dios. Parece que hasta el clima de esta ciudad (que hasta hace unos días era frío y gris) se hace parte de esta fiesta porque el sol primaveral comienza a brillar.
Es octubre y el Señor saldrá a las calles. Y nosotros en su búsqueda, "¿Por dónde está el Señor?". Y allí iremos, solos o acompañados; muchos llevándole una necesidad, una pena, una petición, propia o ajena. Y como las multitudes que seguían a Jesús, trataremos de estar cerca de él lo mas que se pueda, de buscar su mirada, de decirle "Escúchanos Señor". 
En el fondo salimos para darnos un abrazo con Jesús, con "El Viejo", como cariñosamente le dicen los miembros de la Hermandad. Necesitamos darle un abrazo a Jesús, al Señor de los Milagros, un abrazo de cariño, de consuelo, de paz; abrazo para el que sufre, para el que está contento, para el que está necesitado, para el pecador, para el enfermo... ¿Quien no quiere un abrazo con Jesús? En la Comunión de cada Misa le damos un abrazo, pero muchos que no pueden comulgar necesitan este abrazo y por ello acuden a la procesión, a las Nazarenas. Y saben que Jesús abraza con el alma.
Es Octubre. Que sea tiempo de gracia, de reencontarnos con Jesús, de darle un abrazo, de decirle lo mucho que le queremos, de presentarle lo que tenemos en el corazón. 
Es Octubre. Jesús, el Señor de los Milagros, el mismo del Evangelio nos está esperando con los brazos abiertos.

martes, 15 de septiembre de 2015

ERES MADRE DOLOROSA

Hoy la Iglesia universal celebra la memoria de Nuestra Señora de los Dolores, y la Familia Soleana la celebra recordándola en el misterio de su Soledad, en la iglesia ubicada al costado de las Catacumbas de San Francisco, en el Centro histórico de Lima.
Estas celebraciones en torno a las imágenes de María nos hacen contemplar el dolor de Nuestra Señora en diversos momentos de la vida de Jesús, sobretodo en el misterio de su Pasión y Muerte. Sin embargo, corremos el riesgo de quedarnos en el aspecto puramente devocional, sin ninguna conexión con nuestra vida.
Para quienes hemos recordado en la iglesia de la Soledad, en los días previos al 15 de Septiembre, los Siete Dolores de Nuestra Señora y hemos participado con el corazón atento de las oraciones y la liturgia de estos días, nos vamos dando cuenta de que estos dolores no son solamente una devoción recreada por el arte y la piedad popular, sino que son los dolores de la humanidad redimida por Jesucristo, que se hacen visibles hoy en tantos hombres en el mundo. ¿Quién no sufre al enterarse de la enfermedad grave de un familiar, como María ante la Profecía de Simeón? ¿Cómo no recordar la Huida a Egipto cuando hemos visto al niño ahogado en la playa de Turquía? ¿Cuántos padres y madres no sufren cuando sus hijos se alejan, como María cuando Jesús se perdió en el templo? ¿No han visto ustedes a tantas madres encontrando a sus hijos en la Calle de la Amargura, cuando los van a ver al hospital o a la cárcel? ¡Qué dolor tan terrible es ver morir a un hijo (y lo he visto de cerca en familiares y amigos)! ¡Cuanto ha sufrido María cuando recibe el cuerpo muerto de Jesús, como tantas madres y padres que deben recoger a sus hijos de un mortuorio! Y al final, la Soledad de María, como tantos que se quedan solos con sus problemas, sus dificultades, su dolor, con la soledad de la vida. Parafraseando lo que dijo una de las integrantes de la Cofradía de la Soledad: quien ha pasado por esto, sabe lo que María ha sufrido.
Y allí necesitamos un consuelo, una mano que nos proteja, que nos haga sentirnos acompañados. Una mano maternal. Y allí está la mano de María, de Nuestra Señora de la Soledad. ¡Tus dolores son los de María ¡Ella sufre contigo!
Ponte a sus pies, ella que sabe lo que es estar sola, sin nadie, "Sola con su soledad", será tu compañera, tu consuelo. ¿Hay problemas en tu casa? Busca a María. ¿Has perdido a un ser querido? Acude a María. ¿Te han abandonado tus amigos? María no te abandona. ¿Atraviesas por una dificultad? Cuéntale a María. ¡Tienes una enfermedad o defecto, quizás horrible y vergonzante, de esos que asustan a todos? María te espera, ella no se asusta de nada.
Ella, Nuestra Señora de la Soledad te espera con los brazos abiertos para escucharte y acogerte. Ella, a quien con cariño la llamamos "Guapa", por lo hermosa que la vemos en su altar; es mucho mas guapa y hermosa de corazón con sus hijos que están solos.
Ella es Madre dolorosa, te comprende, te escucha. Búscala en tu soledad.
Y como hizo con Jesús, ella estará al pie de tu cruz y te recibirá en sus brazos. 
Y de la mano, con el cariño de una madre que defiende y protege a sus hijos, te llevará a Jesús cuyo corazón es ternura y misericordia.

"ECCE MATER TUA"
Ahí tienes a tu Madre,

(La imagen de Nuestra señora de la Soledad se venera en su templo ubicado en la Plazuela de San Francisco, esquina de Ancash y Lampa, en el Centro de Lima. Allí María te espera. Los Domingos tenemos Misa comunitaria a las 12.00 m.)

viernes, 31 de julio de 2015

MÚSICA MAESTRO 2 - SINFONÍAS DE BEETHOVEN

Según Wikipedia "una sinfonía es un tipo de composición musical para la orquesta dividida en cuatro movimientos, cada uno con tiempo y estructura diferente". Las he escuchado desde que era niño, se me vienen a la mente la "Sinfonía del Nuevo Mundo", de Dvorak; la Sinfonía Nº 40 de Mozart; la "Sinfonía Italiana", de Mendelsshon; la "Sinfonía Patética" de Tchaikovsky. Tantas para escuchar y disfrutar...
Ludwig Van Beethoven, compositor alemán nacido en 1770 y fallecido en Viena en 1827. Pese a que poco a poco fue perdiendo la audición hasta quedar totalmente sordo tiene varias composiciones musicales realmente hermosas, siendo famosas la Sonata "Claro de Luna", la pieza musical para piano titulada "Para Elisa", el Concierto para violín y orquesta (que, según se dice, se estrenó casi sin ensayar, pues la partitura se terminó de escribir a los pocos minutos de la presentación y, por si fuera poco Franz Clement se aprendió de memoria la parte del violín solista).
De todas las sinfonías de Beethoven la mas conocida es la Nº 5, al punto que ha sido "recreada" en otros estilos musicales (se me viene a la mente la que hicieron los "Bee Gees" en la película "Fiebre de Sábado por la noche", protagonizada por Jhon Travolta, quien se lanzó a la fama por sus bailes en dicho film).
Cuando comencé a aprender a tocar el piano a los 14 años y después tocaba el órgano mi interés se dirigió a la música sacra y a la música de órgano de Bach. Escuchaba poca música de Beethoven y, pese a que en la casa de uno de mis tios tienen las partituras de sus sinfonías arregladas para tocarlas en el piano, no me di el tiempo para hacer el intento de estudiarlas
Sin embargo, cuando del 1 al 9 de Agosto del 2005, me fui a hacer los Ejercicios Espirituales bajo la dirección del P. Fernando Jimenez Figueuela, S.J., tuve la oportunidad de "reencontrarme" con las sinfonías de Beethoven ya que esta era la música que ponían mientras comíamos en silencio (bueno también nos pusieron música de Vivaldi y de otros autores). Y en ese contexto de silencio, de apertura del corazón a Dios, de revisar nuestra propia vida, de ir conociendo a Jesús internamente para mejor amarle y seguirle, de darle gracias por tanto bien  recibido, la música de Beethoven sonaba diferente, nos acompañaba y nos ayudaba a "sentir y gustar de las cosas internamente". El corazón no se abría solo a Dios, sino también al arte, que no es sino expresión de la belleza y grandeza del Creador. 
De todas las sinfonías dos se me grabaron en el corazón la Nº 6, llamada "Sinfonía Pastoral", y la Nº 7. Volverlas a escuchar no es solo conectarme con la belleza de la música, sino revivir aquellos días de encuentro con Dios, de lucha espiritual, de compartir con otras personas una experiencia silenciosa, sin cruzar palabra alguna, pero nos sentíamos hermanos y amigos, pese a que recién conversamos alegremente en el almuerzo al final del retiro.
Por eso, hoy 31 de Julio, Solemnidad de San Ignacio de Loyola, escribo estas líneas con agradecimiento a Dios por ese tiempo de gracia en que "toda la bondad de Dios pasa delante de nosotros", por aquellos hermanos desconocidos que hacían la misma experiencia que yo, aunque por rumbos distintos (actualmente tengo contacto es con mi amigo Tito García, S.J., que estudia Teología en Roma y a quien le agradezco las bromas y sus oraciones por mi en la tumba de san Ignacio), y por la paciencia del P. Fernando que me acompañó en esta experiencia, escuchando mis ocurrencias, como la versión deportiva que hice de la "Parábola de la llamada del Rey" con la que San Ignacio comienza la Segunda Semana de los Ejercicios Espirituales
Ahora que escucho esta música para escribir estas líneas, se me viene a la mente las palabras del Salmo 146 que la iglesia reza en las primeras vísperas de la Solemnidad de San Ignacio de Loyola:
"Alabad al Señor que la música es buena,
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa"
Y en esa alabanza armoniosa nos damos un abrazo con Dios.

Les invito a escuchar las piezas musicales haciendo click en cada una de ellas.

sábado, 25 de julio de 2015

MUSICA MAESTRO

Después de tres meses retomo la tarea de escribir en este blog. No es que no haya tenido nada que decir: tenía planeado escribir un artículo sobre mi gusto por la ópera para el 24 de Junio (con fecha y todo), algunas confesiones de mi vida universitaria para el 16 de Julio; y está pendiente escribir un artículo sobre el armonio de la iglesia de la Soledad, pero aún no me he grabado tocándolo. Prometo que, en las próximas semanas iré compartiendo con ustedes estas experiencias.
Como lo dije en otra ocasión, quienes me conocen saben de mi gusto por la música clásica, gusto que me viene de familia. La he escuchado desde que estaba en las entrañas de mi madre y he crecido escuchándola en casa. Recuerdo que, cuando era niño, mi papá los domingos por la noche ponía sus discos en una radiola (parecida a la que ven en la foto) que teníamos en casa. Al oir esa música se imponía el silencio que mi mamá, mis hermanos y yo guardábamos con mucho respeto. Por lo general se oían piezas sinfónicas y música de violín, instrumento que mi papá toca, mas adelante, mi papá llevó dos discos de música de piano, donde Arthur Rubisntein tocaba piezas de Chopin; y cuando en 1979 compraron un tocacasette comencé a oir la música de órgano de Bach y "El Mesías" de Handel. Se nos hizo tan familiar, tan natural, que nos parecía extraño que haya gente que no aprecie la música clásica. Por mi parte le tomé interés, cariño y gusto, mucho más que mis hermanos. 
a la música clásica se le ha llamado "música seria" o "música culta", quizás por eso algunos le tienen un poco de rechazo y otros la escuchan con cierto prejuicio. Recuerdo que, cuando iba de campamento con los acólitos de Desamparados puse un casette de música clásica en el camino y el chofer, un hombre sencillo, se sintió encantado con lo que escuchaba, pero me pregunto "¿Qué grado de instrucción hay que tener para escuchar esa música?". Yo sonreí y le dije: "Ninguno, si le gusta, disfrútela".
De entre la música que escuchábamos cuando éramos niños, un autor que mi papá le tomó mucho interés fue Pablo de Sarasate, violinista y compositor español; al punto que no solo tenía grabaciones de sus obras musicales, sino también las partituras para violín y piano (alguna vez le he escuchado tocar alguna de ellas). Y hoy, mientras navegaba por internet, se me ocurrió escuchar alguna de sus composiciones. Quizás mas que escribir sobre él (pueden buscarlo en google), lo que deseo es invitarlos a escuchar su música que, como dice mi papá, es música que llega al alma, y que a mi me trae muchísimos recuerdos.
Este gusto por la música clásica (y por la buena música) me ha servido para servir a la Iglesia en la liturgia: tocar el órgano, cantar lo mejor que se pueda (recuerdo a un niño del Colegio "Hermano Anselmo María" que me preguntó "Manuelito ¿tú has cantado en la ópera?"), a buscar buenas piezas musicales para ambientar los templos, a apreciar y hasta cantar el canto gregoriano. Y porque no, también a apreciar la música popular y descubrir que tienen mucho de decir (siempre que escucho una canción presto mucha atención a la letra). La música nos puede llevar a Dios y a apreciar la belleza que viene de Dios.
De Pablo de Sarasate les invito a escuchar (haciendo click en los nombres): "Viva Sevilla" (que espero les agrade a mis Hermanos Soleanos), "Malagueña""Habanera""Capricho Vasco""Romanza Andaluza""Jota Navarra" y "Zapateado"; que son las piezas musicales que mas recuerdo haber oido de niño.
¡Que las disfruten!

miércoles, 22 de abril de 2015

IN MEMORIAM: MARISOL

Cuando muera, dulce será mi pena,
Igual que un sueño,
Sí, porque el paño enjugará Jesús,
gracias a tu sudario.
y consolará mis mejillas.
las lágrimas de mi sufrimiento

(Aria "Sanfte soll" del Oratorio de Pascua de J.S. Bach)

Querida "Sili":
Quedará perdida en la noche de los tiempos el origen de este "sobrenombre", que al principio no te gustaba y después tomaste con muy buen humor.
Llegaste al mundo quince días antes que yo, y eso siempre fue motivo de bromas de mi parte. Hemos compartido muchas cosas desde niños: hicimos juntos (con Dante y Tere) la Primera Comunión; hemos jugado, nos hemos peleado, la hemos pasado bien... Ir a tu casa era diversión y travesura asegurada, como esa vez que pusieron mi ropa en los cuernos de una cabra y la dejaron libre por el campo, la vez que se pusieron a hacer "carrera de vacas", o que nos íbamos a escalar el cerro que estaba cerca a tu casa. Tan traviesos éramos que mi papá, cada vez que íbamos a Huachipa, nos hacía esta advertencia (que no hacíamos caso) "no vayan a hacer fogata". Con mis hermanos, Tere, Fernando, Norma, Yanina, Kathia, Giselly, Patty, Betty... fuimos pandilla, y también un poco "pandilleros" cuando en la casa de los abuelos en “Las Palmeras” nos juntábamos y hacíamos de las nuestras, que al abuelo le causaba poca gracia. También hiciste buena “collera” con mis primas por parte de mi papá, con quienes compartimos paseos y reuniones en mi casa. De todo esto nos acordábamos cuando nos reunimos un Domingo de Enero del 2007, y nos reíamos, siendo ya adultos, de nuestras travesuras y nuestras peleas. Nos acompañaste en el matrimonio de mi hermana (fuiste su madrina de Confirmación) y el día de mis promesas como Hermano Oblato de Nuestra Señora de la Soledad estuviste en primera fila.
No todo fue diversión, también estuvimos juntos en momentos difíciles como el accidente de Dante, o la muerte del tío Julio en la que preparamos el funeral; sabía que en esos momentos difíciles podía contar contigo y con Tere.
Siempre te has preocupado por unir a la familia, por avisarnos cuando alguno de los tíos estaban delicados de salud, por organizar con mi mamá las reuniones familiares. Por mi parte, yo sabía que al ir a esas reuniones te encontraba en la cocina ayudando en la atención de los invitados y, tanto a ti como a Tere, podía “gorrearles” comida sin que mi mamá se de cuenta. Tenías ese espíritu servicial de la abuelita Rosario.
Fuiste una mujer fuerte, no solo emocionalmente, sino físicamente, tirabas buenas "cachetadas" (habla la voz de la experiencia); te ibas a hacer diligencias judiciales de desalojo con ocho meses de gestación. Y como mujer fuerte luchaste por tu vida hasta el final, no te resignaste a morir, ni a nada que te acercara a la muerte.
El pasado 30 de Diciembre, el día que cumplimos 35 años de haber hecho la Primera Comunión, al terminar de acolitar la Misa en la iglesia de San Pedro (donde hoy nos reunimos para recordarte), me avisaron que estabas en el Hospital, fui a verte de inmediato. Comenzaba el "Vía Crucis".
Te fui a ver mientras estabas enferma: no perdías el buen humor; pero tus palabras me sonaron a despedida: "yo estudié hasta el final" me dijiste, y me animabas a hacer algunos cursos de Derecho. No eras tonta y sabías que tu enfermedad era seria. Pero peleaste hasta el final.
Fui a verte cuando ya te despedías de nosotros. Recé contigo un “Ave María”, te dije que Dios veía con buenos ojos las travesuras que hacíamos de muchachos, te hice la señal de la cruz y salí. No sabes como me hubiera gustado ser sacerdote y darte la absolución. Pero se que Dios ha tenido compasión de ti, porque Él ama a todos sus hijos. Y mientras rezaba en el lobby de la Clínica “Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte” te fuiste a los brazos de Dios. Tus familiares y amigos fuimos a despedirte. Mas de uno se sorprendió de que te hayas ido tan pronto. Mientras te dábamos el “último Adiós” y las lágrimas brotaban de nuestros ojos, nuestra prima Giselly me cubrió la cabeza con la capucha de mi hábito de Oblato para fastidiarme y bromear un poco: no podía faltar en tu despedida una travesura, una sonrisa como cuando éramos niños.
Sospecho que, al llegar al cielo los tíos Julio y Arcesio te habrán dado la bienvenida, habrás tenido una charla interminable con la tía Celinda (era tu madrina y te quería mucho), y la abuelita Rosario habrá salido a servirte una taza de café pasado, tortillas, ñuña… dile que me guarde unos tamalitos para cuando me toque mi turno, pero que no hay ninguna prisa. Me imagino que el abuelo Julio también te habrá recibido con cariño, pero habrá comenzado a rogar a Dios que a nosotros, sus nietos (sobre todo a mi) nos de muchos años de vida, porque él sabe muy bien que, cuando nos juntemos en el cielo, habrá tal escándalo y tantos traviesos juntos, que seguramente le haremos perder la paciencia como lo hacíamos en su casa.
Querida Marisol, ha pasado un mes desde que te fuiste, y aún nos cuesta aceptarlo. Pídele a Dios y a Nuestra Señora del Rosario, a quien nuestras mamás veneran con mucho cariño desde niñas, y bajo cuyo patrocinio estuviste en el colegio, que de la paz a tus padres, a tu hija, a tus hermanos...
Yo solo te digo lo que te dije antes de despedirnos: Quédate en paz, primita, queda con Dios, Marisol.

martes, 31 de marzo de 2015

PREGÓN DE SEMANA SANTA 10 - EN TODO AMAR Y SERVIR...

Ustedes son la sal de la tierra,
Ustedes son la luz del mundo[i]
Con estas palabras Jesús nos expresa su confianza. Por el bautismo estamos llamados a dar sabor cristiano al mundo, a iluminar al mundo.
Hemos de mostrar la “Alegría del Evangelio”, esa alegría que, como dice el Papa Francisco: “llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento.[ii] Esta alegría nos anima a comunicar nuestra fe a los demás con nuestras palabras y nuestro testimonio, que dan vida a los demás, que edifican, que hacen crecer, no solo la fe, sino la misma vida humana.
No seamos cristianos con cara de funeral, “cristianos murciélagos” como nos dijo el papa Francisco[iii] Necesitamos cristianos con corazón alegre, cristianos que sonrían y den alegría, como estos niños que  han venido esta noche para escucharme.
Quizás alguno se sienta desanimado, porque el mundo es muy hostil y está cada vez más descristianizado, que la Iglesia ya no tiene el peso de antes… Pues a esto les respondo con palabras del P. Pedro Arrupe, S.J.: “a pesar de todo y todo cuanto peor pueda suceder, sabed que tenemos una fuerza todavía mayor que la fuerza atómica: tenemos el corazón de Cristo… en el Corazón de Cristo tenemos una fuerza invencible, que destruirá todo mal y unirá todas las almas en un solo centro, en su amor y en el amor del Padre”.[iv]
Tenemos una gran tarea: hacer presente a Jesucristo en medio de nosotros. Él está vivo, camina con nosotros, se alegra con nosotros, comparte nuestra alegría, nuestra pena, nuestro trabajo, nuestro dolor, nuestros sueños.
La Semana Santa es tiempo de pasión que termina en la gloria de la resurrección; de Jesús que vence a la muerte no solo históricamente, sino que resucita todos los días, en cada momento, en cada uno de nosotros. Que nos da un fuerte abrazo. Que confía y cree en nosotros.
Esa es la misericordia de Jesús, que el Papa Francisco nos invita a reflexionar en el Año Santo de la Misericordia que comenzará este 8 de Diciembre: Jesús sabe que somos barro, que llevamos un tesoro en vasijas de barro, pero con todo eso nos ama profundamente, nos acoge con todo el corazón, que pesar de nuestra fragilidad apuesta por nosotros y confía en que demos fruto.

Hermano:
Resucitó el Señor, su gloria está en ti, que vives la alegría del Evangelio,
Que te dejas abrazar por Él y en Él das fruto.
Que te sientes feliz de ser cristiano.
Hoy me ha tocado ser el pregonero de la Semana Santa
¡AHORA TE TOCA A TI SER EL PREGONERO DE CRISTO RESUCITADO!

TOMAD, SEÑOR, Y RECIBID TODA MI LIBERTAD,
MI MEMORIA, MI ENTENDIMIENTO
Y TODA MI VOLUNTAD,
TODO MI HABER Y MI POSEER,
VOS ME LO DISTEIS, A VOS, SEÑOR, LO TORNO.
TODO ES VUESTRO.
DISPONED A TODA VUESTRA VOLUNTAD,
DADME VUESTRO AMOR Y GRACIA
QUE ÉSTA ME BASTA.
AMÉN.[v]

Les invito a escuchar la parte final de "El Mesías" de Handel



[i] Mateo 5, 13
[ii] Papa Francisco: Evangelium Gaudium Nº 1
[iii] Papa Francisco: Homilía en Santa Marta el 24 de abril del 2014
[iv] Pedro Arrupe, S.J.: En Él solo… la esperanza.
[v] San Ignacio de Loyola: Ejercicios Espirituales Nº 234

domingo, 29 de marzo de 2015

PREGÓN DE SEMANA SANTA 9 - ME HAS ABIERTO LAS PUERTAS DE TU CASA…

 “Señor: Me has abierto las puertas de tu casa de par en par
Por eso para ti las puertas de mi alma
Abiertas siempre están…”[i]

Este año, se cumplen 10 años de aquel fatídico incendio que destruyó este templo la madrugada del Domingo 5 de Junio del 2005. Aún recuerdo como, mientras me alistaba para salir de mi casa, escuchaba la noticia del siniestro a través de Radioprogramas del Perú.
Aquel acontecimiento fue una auténtica pesadilla que tuvieron que vivir nuestros hermanos soleanos más antiguos. Pero, sobreponiéndose al dolor, los hermanos comenzaron a soñar con la reconstrucción del templo, y comenzaron a trabajar para hacer realidad ese sueño, es así que durante varios años estuvieron cada domingo en la puerta de la iglesia vendiendo comida y pidiendo limosna, juntando de sol en sol, con la esperanza de devolverle a este templo su antiguo esplendor, oculto, incluso antes del incendio, por repintes y restauraciones mal hechas.
No faltaron momentos en que los hermanos sintieron que el sueño se frustraba: promesas que solo quedaron en palabras, ayudas que no llegaron como la que estuvo a punto de dar UNESCO a los pocos meses del incendio y que nunca se pudo concretizar por la negligencia y dejadez del Instituto Nacional de Cultura; la cizaña sembrada en diversos medios y en especial en las redes sociales por personas que antes frecuentaban esta casa; el cansancio, la impaciencia y hasta la desconfianza de quienes exigían resultados inmediatos a medida que transcurría el tiempo.
Pero los hermanos no se dieron por vencidos y poco a poco, se fueron consiguiendo recursos… Y así, la iglesia de la Soledad fue, literalmente, resurgiendo de sus cenizas: se comenzaron a abrir las puertas para los oficios del Viernes Santo y los cultos gloriosos de septiembre; en Noviembre del 2013 comenzó la restauración del techo de la iglesia; y, por fin, desde Septiembre del 2014, la Soledad abrió sus puertas a los fieles para la Misa Dominical y los cultos ordinarios.
Y los Hermanos siguen soñando y trabajando por hacer realidad sus sueños: el sueño de ver a la Soledad con sus paredes y techo empastados y pintados, iluminado con sus arañas de cristal debidamente reparadas, con sus altares y pulpito restaurados.
Yo, por mi parte, también sueño como mis Hermanos Soleanos:
Sueño con ver restaurados y en su retablo al conjunto escultórico de la Sagrada Familia, a cuyo patrocinio he encomendado mi vida de Hermano Oblato.
Sueño con escuchar el canto de la comunidad en la liturgia, acompañado del sonido de un órgano que le dé el esplendor que se merece.
Sueño con ver a un sacerdote sentado en el confesionario, perdonándonos los pecados en nombre de Jesucristo.
Sueño con muchos hermanos Colaboradores, Cofrades y Oblatos, trabajando por el Reino de Jesucristo en nuestro Carisma Soleano.
Sueño con una casa de puertas abiertas, donde los hijos vienen a buscar a María su Madre y contarle sus inquietudes, donde busquen a Jesucristo y le hablen con cariño y confianza.
- ¡Sueño con una comunidad, una Iglesia, pueblo de Dios, viva, alegre, que celebre su fe y de testimonio de ella en el mundo; de una fe que es alegría, vida, servicio, confianza y esperanza en Jesucristo, hijo de María, vivo y presente en medio de nosotros!

Les invito a escuchar el final de la Sinfonía Nº 6 - Pastoral de Beethoven. 


[i] Canto de José Antonio Olivar

Próxima publicación (y conclusión del Pregón Martes 31 de Marzo.

sábado, 28 de marzo de 2015

PREGÓN DE SEMANA SANTA 8 - DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN

Ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción[i]

La muerte no es el final, ni la definitiva palabra de Dios.
Creemos en un Dios que es Vida, que ha venido para darnos la vida en abundancia, que no se resigna a la muerte de sus hijos.
Y por eso, porque creemos que la vida vence a la muerte, el Sábado 4 de Abril, a las 8 de la noche, nos reuniremos para celebrar la Vigilia Pascual, la noche en que aguardamos la Resurrección de Jesús y esperamos su retorno.
Esa noche, en medio de las tinieblas que nos recuerda al Oficio de la Noche del Miércoles Santo, la luz del Cirio Pascual iluminará la oscuridad del templo para simbolizarnos que Cristo vence a la muerte.
Y con gozo y alegría se canta:
Exulten los coros de los ángeles
Exulten las jerarquías del cielo
Y por la vitoria de rey tan poderoso
Que las trompetas anuncien la salvación.
Esta es la noche
en que rotas las cadenas de la muerte
Cristo asciende victorioso desde el abismo.
Esta es la noche tan dichosa en que se une el cielo con la tierra
Lo humano y lo divino.[ii]

Durante años he cantado el Pregón Pascual, y puedo decir que lo he cantado con gozo, cariño y nostalgia; recordando en cada verso no solo el misterio que conmemoramos, sino también rostros y personas con quienes he celebrado la Pascua en otros años. Y es que, en ese misterio de la resurrección estamos en comunión con toda la Iglesia extendida por toda la tierra, que se alegra y celebra con júbilo el triunfo de su Señor.
La noche de pascua es noche de oración, de escuchar la Palabra de Dios que nos narra la historia de la salvación desde la creación hasta la Resurrección del Señor; de renovar nuestro bautismo, con el cual comenzamos a participar del Misterio Pascua de Cristo; de celebrar la cena con el Resucitado y con la comunidad.
Y María, Nuestra Señora de la Soledad, a quien vimos de negro, la veremos esa noche de blanco, ya no le cantaremos con dolor, porque su dolor ha terminado; con ella cantamos “Aleluya” y ese canto debe hacer retumbar las paredes de los templos. María es la primera que se alegra con la resurrección de Jesús. La Biblia no nos narra el encuentro de María con el resucitado, porque “la Escritura supone que tenemos entendimiento[iii]: Por ello, con toda la Iglesia le felicitamos cantando “Regina celi laetare”, “Reina del cielo alégrate”.
Por ello, en esa noche, ¡más que nunca! los templos deberían estar llenos de gente, más que en Navidad, más que el Domingo de Ramos, más que las procesiones. Es la noche de la Pascua, de la alegría, de la vida. No nos quedemos en el Viernes Santo. Es solo el primer paso. No nos dejemos vencer por el cansancio. ¡Cristo ha vencido a la muerte y con Él venceremos todos!
La celebración continúa el Domingo de Pascua con nuestra Misa Dominical al mediodía. Ojalá que la alegría no se quede encerrada en la Iglesia, sino que llegue a nuestros hogares: si en Navidad nos reunimos con la familia para compartir y celebrar con una buena comida ¿por qué no hacemos lo mismo en Pascua? “Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo”[iv]
¡Que la alegría de Cristo resucitado llegue a las familias, a los enfermos, a los que están tristes, y, por qué no, también a los alejados y no creyentes! Jesucristo trae la vida en abundancia para todos.
Foto tomada del Facebook
de "Fotos cofrades"
Para los Hermanos de la Soledad, el Domingo de Pascua, la alegría será muy especial: viene en procesión la imagen de Cristo Resucitado, imagen que forma parte del patrimonio artístico de esta iglesia y que se encuentra temporalmente en la Catedral de Lima. Visitará nuestro templo por una semana para regresar a la catedral el Segundo Domingo de Pascua.
Quienes en tiempos de la colonia, nos han precedido en el cuidado de esta iglesia quisieron reproducir cada momento del Misterio Pascual: la procesión del Viernes Santo, acababa con el “entierro” de la imagen del Cristo del Descendimiento en la Capilla del Santo Sepulcro que está debajo del altar mayor; y el Domingo de Pascua, salía de esa capilla la imagen del Resucitado. Ojalá pronto podamos ver salir, nuevamente, al Cristo Resucitado de la capilla del Santo Sepulcro durante el canto del “Gloria” de la Vigilia Pascual y el sonido jubiloso de las campanas.
Para poder hacer esto, le pedimos al Arzobispado de Lima, que nos devuelvan pronto la imagen del Resucitado, que se quede en esta iglesia de la Soledad, no esperemos a que esté completamente reconstruida. ¡Esta es su casa, este es su hogar, pobre y humilde, pero es su casa y su hogar y es aquí donde debe estar!
Esperamos que este pedido se haga realidad pronto. Confiamos en que así sea y con ello nuestra alegría será completa.
Con la celebración del Domingo de Pascua concluye la Semana Santa. El cansancio de toda la celebración se une a la satisfacción de la misión cumplida y al deseo de hacer las cosas mejor en el año siguiente. Por mi parte, ese día aflora en mi corazón un deseo, el mismo que tienen los hebreos de poder celebrar la Pascua en su patria: “El próximo año en Jerusalén”: ¡Que el Señor nos conceda poder celebrar la Pascua nuevamente, junto con todos nuestros hermanos, junto con toda la Iglesia extendida por los confines dela tierra!
¡El próximo año en Jerusalén!

Les invito a escuchar "Luz que vence a la sombra", de Miguel Manzano.


[i] Salmo 15, 10
[ii] Misal Romano: Pregón Pascual
[iii] San Ignacio de Loyola: Ejercicios espirituales Nº 299
[iv] Salmo 117

Próxima publicación: Lunes 30 de Marzo.

jueves, 26 de marzo de 2015

PREGÓN DE SEMANA SANTA 7 - SÁBADO SANTO

El Sábado Santo es el segundo día del Triduo Pascual, día de silencio, de oración. No es el “Sábado de Gloria”, sino el día de la Sepultura del Señor: Jesús “desciende a los infiernos”.
Cuando muere alguien, y se han terminado los funerales, viene la experiencia de la Soledad, del vacío. Afloran los recuerdos, los buenos momentos que vivimos con el difunto. Y allí brotan las lágrimas.
Ninguna palabra de consuelo, ni toda la teología, cambian las circunstancias que provocan el dolor. Nos dan esperanza, sí. Pero no es suficiente.
Y esa es la experiencia de María. La soledad, la terrible soledad de la persona que ha perdido a sus seres queridos, que se queda sin nadie. El misterio del vacío, de la ausencia…
Esta iglesia será uno de los poquísimos templos abiertos en ese día. La imagen de Nuestra Señora estará expuesta, con su Hijo a sus pies, para recibir el pésame de los fieles. Mucha gente visita este templo, y se encuentra con el velatorio de Jesús y con María, acompañando a su Hijo muerto. No puedo dejar de pensar en aquella madre que velaba el cadáver de su hijo el mismo “Día de la Madre” del año 2009. Ya no sentía el abrazo, el beso de su hijo. Solo lo miraba, en silencio y con lágrimas.
Al contemplar este misterio, resuena en mi corazón el final de la Pasión según San Mateo, de Juan Sebastián Bach, como si oyera una canción de cuna que le canta María a su Hijo muerto, y que traducida al castellano, dice:

Llorando nos postramos
ante tu sepulcro para decirte:
descansa, descansa dulcemente.
Descansad, miembros abatidos,
descansa, descansa dulcemente.
Vuestra tumba y su lápida
serán cómodo lecho
para las angustiadas conciencias
y lugar de reposo para las almas.
Felices, son tus ojos
que se cierran al fin.
Descansa, descansa dulcemente.[i]



[i] Coral  “Wir setzen uns mit Tränen nieder” Pasión Según San Mateo. Bach. Les invito a escucharla.

Próxima publicación: Domingo 29 de Marzo.

miércoles, 25 de marzo de 2015

PREGÓN DE SEMANA SANTA 6 - VIERNES SANTO

El Viernes Santo, Primer día del Triduo Pascual, es el día sagrado por antonomasia. Es el día de la Muerte de Jesús. Miles de fieles seguirán recorriendo los templos de este Centro Histórico de Lima, visitando iglesias y acompañando al Señor de los Milagros que se dirige a la Catedral para los Oficios del Viernes Santo. Al mediodía en la Basílica Catedral y en las iglesias San Pedro, San Francisco, Santo Domingo y la Merced se tendrá el Sermón de las Siete Palabras de Jesucristo en la Cruz.
Aquí en la Soledad, al igual que el Jueves Santo, es día de intenso trabajo. Miles de peregrinos que recorren los templos visitarán el Monumento, que solo estará alumbrado por una sola vela. Mientras tanto, los hermanos vamos ultimado los preparativos para los Oficios litúrgicos y la Procesión de Penitencia.
Según una antigua tradición de la Iglesia no se celebra la Misa ni el Viernes ni el Sábado Santo.
A las 3 de la tarde tendremos la Celebración de la Pasión del Señor. Después de orar en silencio, con el Sacerdote y los ministros postrados en tierra en señal de dolor, se proclamará el Cuarto Cántico del siervo de Yavé, conmovedor texto en el que la Iglesia ve retratado casi fotográficamente, la Pasión de Jesús:
Maltratado, voluntariamente se humillaba
Y no abría la boca:
Como un cordero llevado al matadero,
Como oveja ante el esquilador
Enmudecía y no abría la boca.
Sin defensa, sin justicia se lo llevaron.
¿Quién meditó en su destino?
Lo arrancaron de la tierra de los vivos,
Por los pecados de mi pueblo lo hirieron,
Le dieron sepultura con los malvados,
Aunque no había cometido crímenes
Ni hubo engaño en su boca[i]”.
Después, la Pasión según san Juan, reservada para este día, nos narrará con una solemnidad impresionante, la muerte de Jesús, que entrega su vida sereno, en paz; que cumple hasta el final la voluntad del Padre, que muere a la hora del sacrificio del Cordero Pascual, que nos deja a su Madre: “Ecce Mater tua”.
Un momento muy especial de este celebración, lo constituye la adoración de la Cruz. Poco a poco, se irá descubriendo en el altar mayor la imagen del Cristo del Descendimiento.
Mirad el árbol de la Cruz
Donde estuvo clavada la salvación del mundo
Vean a Cristo crucificado, desnudo, ensangrentado…
Véanlo, no con la cabeza a un costado, como se ve en los crucifijos, sino con la cabeza agachada, como quien esconde su rostro. Al verlo así, recuerdo el poema “Mi Cristo roto” del P. Ramón Cue, S.J.: Jesús, en la Cruz da la cara por nosotros ante su Padre y agacha la cabeza como quien se siente culpable por nuestros pecados.
Da la cara por ti y por mí,
Por los que están en este templo y por los que están afuera,
Por los santos y por los pecadores,
Si, por esos que están embarrados con el pecado del mundo,
Los que todo el mundo conoce,
Y los que se esconden de la manera más sofisticada,
Da la cara por los pecadores públicos,
Y por los pecadores escondidos, que aparentamos ser justos y santos.
Como muchos se espantaron de él
Porque desfigurado no parecía hombre,
Ni tenía aspecto humano[ii]
Eso es lo que hace el pecado en el Hijo de Dios, y en los hijos de Dios: desfigurarnos, hacernos espantosos, destruir la imagen de Dios en nosotros.
Y eran nuestros pecados los que Él llevaba…

Nos acercaremos a “adorar” la Cruz. Valga la aclaración de que, cuando hablamos de “adoración” no nos referimos a considerar al crucifijo como si fuera Dios, sino más bien, como señala etimológicamente las palabras “ad ore”, es llevar a la boca, besar. Nos acercamos a besar a Cristo en la Cruz.
En ese momento un canto, que quizás pasa desapercibido, nos debería revolver el corazón: son los improperios que la Iglesia pone en boca de Cristo:
Pueblo mío, que te he hecho
En que te he ofendido. Respóndeme
Yo te guie cuarenta años por el desierto
Te alimenté con el maná
Te introduje en una tierra excelente.
Tú preparaste una cruz para tu salvador.
¿Qué más pude hacer por ti?
Yo te planté como viña mía
Escogida y hermosa,
Que amarga te has vuelto conmigo,
Para mi sed me diste vinagre
Con la lanza traspasaste el costado a tu Salvador[iii]

Yo te di la vida,
Te acompañé mientras crecías,
Te di tantos bienes
Salí en tu ayuda en tus dificultades…
Y tu has preparado una Cruz para tu salvador,
Me diste vinagre, en lugar de cariño,
Me traspasaste el costado, me abriste el corazón
Y me cerraste el tuyo.
Y sin embargo, te sigo queriendo como la primera vez,
Te espero aquí
Con los brazos abiertos,
Para acogerte cuando me necesites.
Y a pesar de tu pecado y tu ingratitud, no te abandonaré.
Acerquémonos a besar a Cristo puesto en Cruz. Quizás lo hagamos con vergüenza, con la cabeza gacha, con lágrimas en los ojos.
Y, al contemplar a Jesús Crucificado, hagamos un coloquio, un diálogo con Él, preguntándonos
Que hice por Cristo
Qué hago por Cristo
Que haré por Cristo
Y viéndole así, colgado en la cruz, dejar que hable el corazón.[iv]

Concluida la celebración litúrgica, hacia las 4 de la tarde, tendremos la Ceremonia del Descendimiento, según el rito que se emplea en la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén, más sobrio y más solemne que el que vemos en otras partes del Perú.
Con la “vista imaginativa” nos ubicamos en el Calvario, en el momento del descendimiento de Jesús: Cofrades y Priostes desclavan y bajan de la cruz al Santísimo Cristo del Descendimiento, lo recibimos los Oblatos en las gradas del altar, lo colocamos sobre una sábana y el sacerdote lo perfuma con nardo, romero y yerbas aromáticas, para después honrarlo con incienso de Jerusalén.
Y mientras se oye el “Christus factus est” se colocará al Cristo del Descendimiento en su paso procesional, se ordenarán las filas de acólitos, manolas, nazarenos y penitentes, y comenzará la procesión penitencial más grande y solemne de esta Ciudad de Lima.

A las 5.30 p.m. saldrá de esta iglesia de la Soledad la Procesión de Penitencia, encabezado por una cruz de madera de color negro, adornada con cantoneras de plata y, en el centro, el corazón traspasado de María.
Luego, precedido por dos acólitos turiferarios, el paso del Santísimo Cristo del Descendimiento, adornado con flores y velas de color rojo.
¡Cuánto respeto nos causa la muerte!
Cristo yacente, ya no hablas, yaces destrozado,
Como tantos hermanos tuyos víctimas de la violencia, del odio que destruye vidas, de la maledicencia que destruye honras y deja postrados en el suelo.
Te acompañamos mientras recorres esta ciudad. Algunos te mirarán con curiosidad, otros se identificarán contigo y unirán su dolor al tuyo.
Cristo yacente, tócanos el corazón.
Pues hoy derrama noche el sentimiento 
por todo el cerco de la lumbre pura, 
y amortecido el sol en sombra oscura, 
da lágrimas al fuego, y voz al viento; 

pues de la muerte el negro encerramiento 
descubre con temblor la sepultura, 
y el monte, que embaraza la llanura 
del mar cercano, se divide atento,

de piedra es hombre duro, de diamante 
tu corazón, pues muerte tan severa 
no anega con tus ojos tu semblante. 

Mas no es de piedra, no; que si lo fuera, 
de lástima de ver a Dios amante, 
entre las otras piedras se rompiera.”[v]

 Después del Palio de Respeto, el Estandarte de la Cofradía, y el “Senatus”, viene el cortejo de manolas que llevando peineta alta, mantilla negra y portando un cirio, acompañan la procesión. Aún recuerdo que, cuando era niño, las damas se vestían de negro para los funerales y, años más tarde, veía a señoras de luto, velando al Santísimo Sacramento la tarde del Viernes Santo. A alguno le extrañará verlas vestidas así, porque cada vez se emplea menos. Sin embargo el color negro sigue siendo un signo elocuente de dolor entre nosotros.
A continuación viene el tramo de penitentes y nazarenos, con el rostro cubierto por un capirote negro, para no ser descubiertos, como quien se siente responsable de la muerte del Hijo de Dios, del dolor de su Madre que viene detrás de ellos. Los penitentes caminan portando una cruz en los hombros, como penitencia, haciendo suyas las palabras del Maestro: “El que quiera venirse conmigo, que tome su cruz y me siga”. Los nazarenos van portando una vela expresión de la fe que brilla en medio de la oscuridad y del dolor.
Penitente, nazareno, preséntale a Dios tu oración: la oración de quien le pide su misericordia, de quien le presenta su necesidad, de quien le da gracias por tanto bien recibido. De quien camina movido por la devoción, acompañando a Cristo y a su Madre, en un gesto silencioso, que habla y grita: “¡Escúchanos, Señor, escucha la oración de tus hijos!”
El Cuerpo de Acólitos, que porta la Cruz alta y los ciriales de plata, precede al cortejo de los Hermanos Oblatos, del Cabildo de Oficiales que acompaña al Señor Obispo Auxiliar y a los invitados de honor.
Dos acólitos turiferarios, que perfuman la calle nos anuncia que viene Nuestra Señora de la Soledad, en su imponente paso de palio.
Recorre la calle vestida de negro, su dolor es inmenso como el mar…
Lleva sobre si el dolor de la muerte de su hijo, el dolor de todas las madres y también los padres que han perdido un hijo, el dolor que no tiene nombre y que destruye el corazón.
¡No, la muerte de un hijo no se acepta!
¡La muerte del inocente no se acepta!
Y este es el dolor que sufre María, sola con su soledad…
Una inmensa capa de color negro, bordada finamente en color dorado, adorna su bendita imagen. Y sus hijos, van detrás de ella, tratando de tocar esa capa, como diciendo: ¡Madre no nos dejes, nosotros también nos sentimos solos!
Y le presentan a María su propia soledad:
-          La Soledad del que ha perdido a su familia, porque han muerto o lo han abandonado.
-          La Soledad del que esta sin trabajo,
-          La Soledad del enfermo incurable que espera la muerte, porque no tiene dinero para procurarse una mejor calidad de vida,
-          La soledad del enfermo de sida,
-          La soledad del que está en la cárcel, añorando sus días de libertad y de inocencia,
-          La soledad de quien esconde una debilidad grave,
-          La soledad del que se siente traicionado,
-          La soledad de los que se prostituyen por la calle,
-          La soledad de quien busca cualquier compañía para no sentirse abandonado,
-          La soledad de quien no tiene trabajo, ni hogar,
-          La soledad del pecador que no quiere o no puede salir de su pecado y miseria
-          La soledad de quien no tiene una madre que le proteja y le consuele.

“NO NOS DEJES,MADRE,
NO NOS DEJES SOLOS,
TU NOS COMPRENDES
TU NOS QUIERES, A PESAR DE NUESTRA MISERIA Y PECADO
TU QUE ERES MADRE ¡ESCÚCHANOS!”

Pero María también está acompañada de sus hijos que la acompañan en su soledad, y por eso la han adornado con velas, para decirle: en esta noche oscura de tu alma, te acompañamos con la luz de nuestro cariño; le han puesto jarrones de blancas flores para decirle: te damos la belleza de nuestra vida, de nuestro consuelo, de nuestra paz; le han puesto hermosa, para que sepan todos que sus hijos le quieren.
Y mientras el Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Soledad recorren la Plaza Mayor de esta ciudad, mientras vamos rezando la Corona Dolorosa, va recibiendo el homenaje del Palacio de Gobierno, de la Municipalidad de Lima Metropolitana y del Club de la Unión. Ojalá podamos tener nuevamente, como el año 2012, ese hermoso concierto de música sacra en la Plaza Mayor de Lima, que organizaba la Asociación Romanza, que no solo eran una exhibición de arte, sino música que se hace fe y oración.
Nuestros Titulares llegan entonces a la Catedral de Lima, para la, así llamada” Carrera Oficial de la Procesión de Penitencia. Allí reciben el homenaje de los Pastores de nuestra Arquidiócesis, quienes desde el balcón del Palacio Arzobispal bendicen a todos los asistentes.
Pasada las ocho de la noche, mientras la luna llena ilumina la noche del Viernes Santo; el Cortejo Penitencial llega a la iglesia de la Soledad, donde le cantamos a Nuestra Señora la “Salve Regina”.
¡Cuántas oraciones has recogido, María! ¡Cuántas lágrimas has enjugado en esta noche!
En todos tus hijos que han caminado contigo, resuenan las palabras de Jesús, tu hijo: “Ecce mater tua”, “¡Aquí tienes a tu madre!

Les invito a escuchar "Popule meus" de Tomas Luis de Victoria


[i] Isaías 53 7-8
[ii] Isaías 52, 14
[iii] Misal Romano: Improperios del Viernes Santo
[iv] San Ignacio de Loyola. Ejercicios Espirituales Nº 53
[v] Francisco de Quevedo: En la muerte de Cristo contra la dureza del corazón del hombre.

Próxima publicación: Viernes 27 de Marzo